Cultura

Daniela Villaquiran: Un Sueño Fotográfico desde Totoro, Cauca. ¡Papá!

En la Escuela de Comunicación Via3Tv, nos cautivan las historias que residen en las comunidades de nuestro país. Una de esas inspiradoras narrativas pertenece a Daniela, una joven residente de Totoro, Cauca, quien anhela convertirse en cineasta una vez termine su bachillerato.

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Photo: Shutterstock

En la Escuela de Comunicación Via3Tv, nos cautivan las historias que residen en las comunidades de nuestro país. Una de esas inspiradoras narrativas pertenece a Daniela, una joven residente de Totoro, Cauca, quien anhela convertirse en cineasta una vez termine su bachillerato. Dotada de agudeza y sensibilidad únicas, esta adolescente capta su entorno con facilidad. Su capacidad de expresión y perspectiva desinteresada le permiten traducir lo real e imaginario a través de su lente fotográfico.

A pesar de la experiencia de tan solo unas horas, su emoción era palpable al tener entre sus manos una cámara profesional. Sintió que su sueño estaba al alcance de su mano y comprendió que ningún obstáculo será insuperable para ella.

Historias como la de Daniela nos recuerdan la importancia de escuchar a los jóvenes, cuyo espíritu resiliente nos muestra lo bello de vivir y la maravilla de existir. Son espacios que inspiran y hacen que los sueños parezcan alcanzables y tangibles. Es muy probable que en un futuro cercano, veamos su historia contada en la gran pantalla.

Aquí está la primera parte de su película, un tributo al héroe sin capa. ¡Papá!

«Mi padre, un ser humano marcado por cuatro etapas a lo largo de su vida.»

Estas etapas dejaron su huella en la satisfacción de sus necesidades existenciales y axiológicas, y sin embargo, no pudo escapar de los fenómenos políticos colombianos cuyos desenlaces cambiarían su vida de manera positiva.

El 23 de junio de 1979, en la ciudad de Palmira, Valle del Cauca, nació Carlos Ernesto Villaquiran, también conocido como mi padre. Hijo de Nilver Eugenia Villaquiran y de un padre desconocido, nació en el seno de una familia de modestos recursos, lo que le permitió estar muy cerca de su madre. Sin embargo, mi abuela trabajaba en diferentes ciudades y oficios, generando un vacío emocional que lo llevó a forjar su independencia en relación con los demás.

La ausencia total de su madre lo llevó a desarrollar su propio carácter. Al asumir que su madre no regresaría y al no contar con el apoyo de la familia materna, se vio impulsado a «tomar las riendas de su vida». Esta etapa lo llevó a tomar decisiones cruciales para su futuro social y económico.

Tras varios años trabajando en diversos oficios, ingresó al ejército nacional, donde aprendió la importancia del estudio. Además, en este período conoció a una persona muy significativa en su vida: mi madre y yo, su única hija. Nos convertimos en su razón para seguir adelante.

A raíz de esta experiencia, comenzó a concretar sus expectativas sociales y económicas. Formó una familia y logró completar su educación básica y profesional. En consecuencia, alcanzó todos sus objetivos junto a su familia y nos ha brindado una gran felicidad.

Agradecemos a Daniela Villaquiran por compartir esta conmovedora historia con nosotros.

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